Maestros…

¡Qué grandes vasallos, si tuvierais al menos un buen señor…!

La historia del Magisterio está escrita con letras de oro en la mente de muchos españoles. Hasta el presidente de la Comunidad de Madrid, si es agradecido, recordará algún buen parvulista que al menos le enseñó a leer. Solo el atrevimiento y la falta de conocimiento llevaría a una persona aparentemente cabal a pensar que por la existencia de imperfecciones en la formación o en el trabajo de los médicos, tendríamos que permitir a todos los que tienen un título universitario ofertarse como sanitarios para mejorarlo. Qué incongruencia pensar que por permitir dobles títulos se conseguirán mejores docentes.

¿Por qué no se invierte realmente en la Formación (con mayúsculas)? Podría hacerse un programa tipo MIR. Cuesta dinero, pero está ya inventado: los mejores (que los hay a cientos), previo examen, a formarse con Programas Duales —que tanto gusta decir a los políticos últimamente— y nada de medio año, tres años en Colegios de Prácticas Evaluados y tutores maestros a los que se pague por su buena labor y, claro, se les exija.— Maximiliano Rodrigo Vega. Director de Diciex y aprendiz de Formador de Maestros. Universidad Complutense de Madrid.